sábado, 23 de septiembre de 2017

OH LÀ LÀ

Pronto estaremos paseando juntos por una de esas avenidas iluminadas. Te gustará tanto como a mí, ya lo verás. En la puerta de la agencia de viajes, hay colgado un cartel de París de noche. Deja su maleta en el suelo. Su  amigo, que se ha sentado cerca, observa fijamente cómo acerca un dedo y repasa el contorno de la Torre Eiffel, al tiempo que va susurrando: “Oh là là, oh là là”. Te va a volver loco el “pain au chocolat”, dice sin mirar a esos ojos que esperan. Suspira. Luego, se agacha, recoge todas sus pertenencias y echa a andar en busca de un cajero. Napoleón se levanta, menea el rabo y lo sigue pegadito a su abrigo.


Relato que resultó MENCIONADO en el anterior bimestre (julio-agosto) en Esta Noche Te Cuento. El tema era "Viajantes y Viajeros". Y la imagen (de la izquierda) la puso en esa ocasión mi amiga, la ilustradora Martuka
Pincha AQUÍ si quieres conocer el resto del palmarés.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Doble Pérdida

Imagen de la red
La casa ha empezado a llenarse de hormigasLas primeras aparecieron esta mañana en la alacena, junto a la mermelada que dejamos abierta. La he vaciado y limpiado con lejía, como tú habrías hecho. Pero no ha bastado, luego las he ido encontrado por todas partes. Bajo la cama, en tu mesita de noche, entre los álbumes de fotos. Ya no queda lejía. Se han llevado tus pelos de la bañera. Han invadido también el armario de las sábanas. Me ha dado por llorar. Creo que ya las tengo por dentro. Y acabo de descubrir el hormiguero. Lo han construido sobre la que iba a ser su cuna.

Micro que comienza con la frase propuesta por Ernesto Ortega, ganador merecido de la anterior edición de Relatos en Cadena, y con la que se comienza esta temporada. Siendo él quien es, cómo no iba a seguirla y crear algo con ella.

sábado, 9 de septiembre de 2017

NEW AGE


Un día se murió el último abuelo del pueblo. Tenía noventa y nueve años. A partir de entonces se quedaron sin viejos en la vida. Inmediatamente se cambiaron los nombres de las calles, que se habían mantenido por respeto al que acababan de enterrar. Se renovaron los escaparates y farolas. Se pintaron las fachadas con colores imposibles. Los rústicos bancos de piedra fueron sustituidos por otros de metacrilato y aluminio. El empedrado por alquitrán. La estatua de bronce del fundador  se fundió, creándose con ella una escultura, sin pies ni cabeza, que era, decían, una alegoría del futuro. El campanario fue recortado, para que ya no pudieran anidar las cigüeñas. Y con la campana forjaron un “Welcome” en letra “Comic Sans” y se colocó a la entrada del pueblo, que quedaba muy chic. Al río, a su paso por la zona, le añadieron un tinte en magenta, con matices diversos e irisados. Y, por supuesto, se prohibieron los geranios, aspidistras y agapantos en público.
Cuando quisieron bautizar el pueblo con un nombre nuevo casi sin vocales, que diera lustre en cualquier mapa, se encontraron con un problema administrativo: nadie recordaba, absolutamente nadie, cómo se había llamado hasta entonces.

Relato que obtuvo el Segundo Premio en el certamen "El Roblón", de la Asociación Félix Martino, de Soto de Sajambre (León). El Primer Premio fue para Mei Morán, con el relato "Herederos"
El premio fue a recogerlo en mi nombre el escritor y compañero leonés Antonio Toribios, a quien le estoy muy, muy agradecido. 
Para ver la crónica de la entrega de premios, y más, AQUÍ.

sábado, 26 de agosto de 2017

Nunca En Lunes

Imagen el certamen
El lunes no es el mejor día de la semana para morirse, acude poca gente a los velatorios. Todo el mundo encuentra excusas. Nadie está preparado para llorar por nadie en una jornada de por sí lamentable. Bastante tiene cada cual con sobrevivir, sobreponerse a su propia congoja sin renegar del trabajo. O no renunciar, en un ataque de miseria interna, a la vida que le ha tocado en suerte. Sí, siempre es preferible fallecer lo más próximo al viernes; cuando todos comienzan de nuevo a estar satisfechos de su destino, casi exultantes, y no les importa acercarse, sacrificar un rato de su dicha y tributar unos lamentos de nada por la pérdida de algún pariente ajeno. Así que, por su bien, por mucho que lo deseen, siempre, siempre deberían aguardar los suicidas, como poco, a que llegue el martes por la mañana. Ellos que pueden.

Relato que resultó segundo, junto a otro más de Luis Barri, en el "III Concurs de Microrelats del Diari Digital iSabadell". En él el primer puesto se lo llevó Francesc Cutchet

sábado, 29 de julio de 2017

MORRIÑA

Imagen tuneada de la red
Cuando llegaron a aquel pueblo de interior, temió que el aire las acabara secando por dentro. Pero comprobó, asombrada, que su hija se habituaba rápidamente a vivir lejos de la costa. No así ella, que añoraba el olor, el sonido, el horizonte marino. Tanto que muchas noches creía estar volviéndose loca y le parecía oír el mar entre sueños. Entonces, le gustaba imaginar que rompían las olas en su salón a oscuras y lo llenaban de espuma. Una madrugada, desvelada, advirtió a la cría saliendo de la habitación, dirigirse a la cocina y luego al baño. Al comprobar que no regresaba, se levantó pensando que podría estar ocurriéndole algo. Acercando la oreja creyó sentir el oleaje al otro lado de la puerta. Abrió asustada. La niña refulgía como si hubiera luna y lanzaba puñados de sal a la bañera. Había desaparecido el fondo y el agua se mecía en azul. Olía a playa. Sintió la brisa. Es para bañarme, mami. Es que si no, el mar me duele y se me sale de aquí dentro, dijo señalándose el pecho.

Micro con el que participo en Zenda, en la convocatoria #UnMarDeHistorias esperando un día dar en el clavo.

sábado, 15 de julio de 2017

La Vida Buceando

Imagen del certamen
Las tardes más calurosas del verano las pasábamos en el río jugando a submarinos. O  buscando renacuajos y piedras de tres colores. Mientras, ellos se querían de la mano sobre una manta y de vez en cuando vigilaban que los dos sacáramos la cabeza. Es curioso que recuerde aquellos momentos como fotos en blanco y negro. Desde el día que la saqué yo y mi hermano no, la vida es otra. Ahora en casa es como si buceáramos todos. En agua marrón. Sin ruido. Todo el tiempo. Silenciosos. A veces, cuando hablo, ellos me miran como si estuviera muy lejos. O como si prefiriesen que yo tampoco buscara salir a respirar.

Relato finalista, en castellano, en el último mes del concurso de La Micro. Compartí podio, entre otros, con amigos como Ángel Saiz y Asún Gárate.  La ganadora ese mes de mayo fue Esther Cuesta. Pincha AQUÍ y te llevará hasta sus micros.
En catalán el ganador fue Celestí Casòliva.

sábado, 1 de julio de 2017

Sin Orgullo

Imagen tuneada de la red
Nací con miedo. Un miedo atroz a defraudar. A los demás. A mis padres primero. Sobre todo a él, que tanto esperaba de mí, que tanto me animaba a ser lo que creía que yo era. He temido siempre. Toda la infancia y después también. Temía soñar y que se me notara en los ojos o en los gestos. Que se me salieran lo pensamientos por los dedos, por la boca, y cualquiera pudiera verlos.
Mis primeros besos de amor me supieron a trámite. Con el tiempo dejaron de saber a algo. Y así, tan insípido como asustado, un día la conozco a ella, a mi esposa, mi compañera más que mi mujer, la gran amiga a la que siempre le conté todos mis secretos, salvo uno. Y los años van pasando, y el miedo se tiñe de desazón, de conformismo, de renuncia. De silencios. Y la dicha parece que fuera así, en colores tenues y difuminados. Y uno lo acaba creyendo.
Hasta que una tarde la ironía entra por la puerta y la sinrazón galopa hacia la ventana y mi hijo nos trae a su novio a casa. Y yo, con el latido fuera del pecho, tan sorprendido y emocionado por él, tan desdichado y confuso por mí, necesito sentarme un instante para no salir volando también por el ventanal.
Hoy siento que anduve toda mi vida por el camino de al lado, no por el mío, por otro en tonos pastel; otro desde el que jamás perdí de vista al verdadero, al estridente, tan definido pero desierto, tan vacío de mí. Sí, así es. He vivido una existencia paralela a la que me tocaba, la mía permanecerá intacta, sin estrenar. Ahora sé que nací con temor y moriré sin orgullo.

Relato para #historiasconorgullo de ZENDA.

martes, 20 de junio de 2017

CIELOS


Mamá, ¿por qué tenemos que venir siempre a repartir sopa?
Porque es de buen cristiano compartir y ayudar al pobre, cielo. Y el caldo es sano.
¿Por qué son pobres? ¿Qué han hecho?
Nada, cielo, es porque Dios los quiere así.
A lo mejor los hace pobres para que podamos venir aquí a hacer de buen cristiano.
No, cielito, es al revés. Siempre es al revés. O casi.
Mamá, ¿ese no es el guarda que tenía papá en la finca?
Sí, hijo, pero no mires, disimula, que nos va a reconocer.
¿Por qué lo despide si luego tenemos que venir a darle de comer?
Bueno, cielo, son cuestiones que no entenderías. Y estás muy preguntón. Papá lo pasa mal también, no te pienses. Pero, o son ellos o nosotros. Aún eres muy pequeño. Cuando crezcas, te darás cuenta de cómo son las cosas en este mundo. Tú sólo piensa en tener cuanto más mejor, para poder así ayudar a los demás.
¿Y con eso ganaré el cielo, mami?
Claro, cariño, solo así se entra en el reino de los cielos.

Mi participación anual en la PRIMAVERA DE MICRORRELATOS INDIGNADOS 2017, cuyo tema este año es: Las desigualdades económicas y sociales. Convocatoria auspiciada y promovida por Miguel Torija, desde su blog LA COLINA NARANJA.
¡Nos vemos en la alambrada! 

sábado, 17 de junio de 2017

LA CITA

Pintura de Ernest Descals
Hasta verla no sabré si buscarle la mirada a conciencia, hacer un pequeño gesto con las cejas cuando ella me mire, luego saludarla, iniciar una conversación que nos lleve al comienzo de algo, esperar que la cosa prospere, que nos afiancemos en los días sucesivos, que decidamos querernos ya para siempre y compartamos la vida, en nuestra casa, con sus lunes desabridos y sus domingos de sofá. O bien, en cuanto entre, ocultar como pueda el libro, salir con disimulo, y dejarla buscándome entre los clientes del bar, como si fuera esta vez yo el que no se hubiese presentado.


Relato ganador en WONDERLAND, hace una semana (relato con el que, por cierto, había participado en Zenda, sin éxito. Sin este éxito). Estuve acompañado de unos finalistas de lujo: Lola Sanabria, Rafa Olivares, Asier Susaeta y Belen Sáenz, entre otros. Una ilusión enorme volver a estar en boca de Rosa Gil
Pincha AQUÍ para leer sus relatos.
Edito para añadir que luego obtuvo accésit en el último trimestre del curso, junto a ELIPSIS, de Sergi Cambrils. El ganador trimestral fue: AMOR CON PINZAS, de Gabriel Pérez Martinez. Enhorabuena a los dos. Y a todo el equipo del programa, con Rosa Gil a la cabeza. Gracias.

martes, 13 de junio de 2017

DALTONISMO

Modificación sobre una imagen de la red
Esperé a un día de esos que el viento mueve las espigas como si fueran olas, le tapé los ojos y la llevé ante el trigal. Mira, le dije, como el mar ese que dices. Para que veas que aquí también vas a poder soñar cuanto quieras. Noté cómo se le desilusionaban los ojos. Que no, que no era igual, que se parecía, pero que le faltaba el color. Que sin lo azul nunca sería feliz, me dijo. Entonces, me dio mucha pena. La seguí mirando sintiendo de pronto una compasión grandísima por ella, por toda la gente que distingue tan claramente los colores.

Relato para ZENDA, convocatoria #UnMarDeHistorias

sábado, 3 de junio de 2017

LA FURTIVAS

Imagen de Ron Dillon
Éramos unas furtivas del alambre. Cuando todos dormían aprovechábamos para subir a él y sentirnos inmensas. Cada paso temblón era una conquista y una afirmación de no sabíamos aún muy bien qué. Pero allí arriba era como si fuéramos libres de verdad, no solo de sentimiento. A nuestros pies el suelo era el infinito reducido a un cable. Éramos diosas antes de que saliera el sol. 
Al amanecer, bajábamos, sin hacer ruido, a preparar el desayuno y poner la mesa antes de que despertaran todos. De nuevo peinadas y con con el frufrú de las enaguas, nadie notaba nada. Solo el funambulista, que sonreía bajo el tazón de chocolate amargo y nos buscaba una y otra vez la mirada.

Relato para Los Viernes Creativos, de Ana Vidal, sobre una fotografía de Ron Dillon.

sábado, 20 de mayo de 2017

Llamamiento de los abismos

Imagen de la web del certamen
En el fondo de los pozos y los patios de luces, en los andenes, en lo hondo de los puentes y los precipicios, hay siempre una insinuación, una invitación sombría, un canto de sirena que repite claramente tu nombre. Muchas veces lo notas. O casi lo intuyes, lo presientes. Es solo un instante. Pero decisivo. Por eso, si andas cerca, si estás junto al borde, debes aferrarte a los sonidos cotidianos que te rodean para no sucumbir. Agarrarte con fuerza a la baranda, al alféizar; hincar los pies en el suelo para no dar el paso. Y vigilar, sobre todo vigilar a quien tengas a tu lado, no olvides que la llamada les llega a la vez a los otros. Y podría ser que alguien más también esté oyendo precisamente tu nombre.

Relato FINALISTA de abril, en la categoría en castellano, en el concurso de LA MICROBIBLIOTECA. Con este son dos los micros de mi cosecha que aparecerán en la recopilación editada de este año. 
Pincha AQUÍ si quieres leer a los demás finalistas, entre los que se encuentran dos amigos: Puri Menaya y Asier Susaeta. Y te invito a leer de paso el relato ganador del mes, de Arantza Portabales.

sábado, 22 de abril de 2017

ACRÓSTICO

Imagen de la red
Lo oí en algún sitio y fue un chispazo detrás de mi frente: acróstico. Enseguida comencé a imaginarme a uno de ellos, con sus patas y sus pétalos y sus gafitas de leer. Luego, continué con acrósticos de todos los colores, redondos, acabados en punta, en penacho. Rugosos. Altos como farolas, con olor a limón y tarde de otoño. Chiquitines, pegados a las esquinas, perplejos, mirando a la gente pasar. Corriendo por una pradera, perseguidos por leones o guepardos. Los vi en el fondo de los océanos, meciéndose con estrellas y caballitos de mar. Los sentía en las axilas, entre los dedos de los pies, bajándome por la rabadilla. Acrósticos, acrósticos por todas partes. Cascadas, caminos, borbotones de acrósticos montándose entre sí. Blusas estampadas de acrósticos. Abandonados en los escritorios antiguos, entre la pelusilla de los cajones, con las chinchetas y las grapas oxidadas. Si te fijabas, un acróstico podía estar brillando tímido junto a Venus. O en los teclados, donde los asteriscos, los guiones y las comillas. Acrósticos. Ideaba cabellos hermosamente peinados con acrósticos y tirabuzones. Los visualizaba en los escaparates de las pastelerías, junto a los suizos y las medias lunas. O a veces se quedaba uno de ellos iluminando en naranja, rezagado, al atardecer. Acróstico. Entrando por las ventanas de los matrimonios que ya no se quieren. Lo notaba crujir en mi boca, acróstico, para salir luego ya sin cáscara por los labios. Miraba el color acróstico de sus ojos, te amé acrósticamente y sin tapujos, me dispuse a una vida acróstica y desmedida.
Un día encontré un libro titulado “Los acrósticos más hermosos”, lo cogí. Toqué la tapa, como si leyera siendo ciego, y estuve a punto de abrirlo. Pero no. Qué iba a ganar con ello. Peor aún, qué iba a perder.

Relato con el  que participo también en #historiasdelibros de ZENDA.

sábado, 15 de abril de 2017

Niña de plata

Foto casera
El día que la luna entre por tu ventana como si fuera una ola, suponiendo que la sigas dejando abierta aunque no sea verano, tal vez levantes en ese instante la vista de lo que intentas leer, para mirarte en esa otra luna, la de tu armario, eterna orilla a la que llegas buscando, cada vez más a menudo, a aquella niña que soñaba con ser de plata. Y quizá, no digo que no te espante tanto ímpetu y tanta quietud a la vez; o que no intentes saltar cuanto te cojan en medio de sus vaivenes, que no digo eso, que no; sino que, seguramente sin pretenderlo, en un descuido, te abandones, dejes el libro abierto y te vayas con la resaca, convertida de una vez por todas en la sirena que siempre quisiste ser. Entonces, nosotros, desde la orilla negra, lloraremos tu partida.

Relato con el que participo en #historiasdelibros de ZENDA. Participa, aún estás a tiempo.

sábado, 8 de abril de 2017

VISITACIÓN


Visitación parió nueve hijos, pero uno se le murió en la cuna; de muerte repentina, dice ella. Hoy todos tienen oficio y alguno, hasta carrera. Viuda al poco de nacer el último, contó siempre con la ayuda de su madre, a la que ella después cuidaría hasta apagarse del todo. También tiene catorce nietos y muchos sobrinos. De toda su familia habla con tanto orgullo Visitación, que a quien la escucha le nace una uva amarga en la garganta. A mí me ocurre algunos domingos. Cuando asisto como voluntaria a dar conversación y cariño a aquellos que nunca reciben visitas.´

Hace unas semanas participé en WONDERLAND con este micro, después de un año sin hacerlo. Y resultó finalista junto a otros de Asier Susaeta, Esperanza Tirado, Iñaki Goitia, Luis San José y Rafa Olivares. Ilusión tremenda. El ganador volvió a resultar el de Lola Sanabria, tan grande, ella. 
Sabe Dios cuándo pueda de nuevo participar... 

sábado, 18 de marzo de 2017

EL VESTIDO

Imagen de la red, tuneada.
Simona sale cada mañana con un vestido nuevo de igualdad, estampado de razones y derechos. Pero conforme pasa el día, la tela va perdiendo su color. Se destiñe con ese roce continuo que discrimina, con esa pasividad que despinta y amarillea. Sin poder evitarlo ella, se le descose el dobladillo de pura misoginia. Le rompe las costuras tanta violencia. Cada abuso es una mancha que no se quita; cada asesinato, un jirón sobre su ropa. Cuando llega la noche, camina vestida con unos harapos descoloridos que desconsuelan. Y al entrar en casa, tan muerta, ya solo lleva encima andrajos. Sucios. Andrajos completamente sucios de diferencia.

El otro relato con el que participé en ZENDA, en la convocatoria #historiasporlaigualdad.

sábado, 11 de marzo de 2017

LAPSUS

Imagen de la red, tuneada.
Marisol se levantó tarareando. Aunque no era propio de ella, que se despertaba siempre enfurruñada con la vida. Se duchó, se puso crema hidratante, insistiendo en los pechos. Escogió ropa de la comprada la semana anterior y se maquilló, discretamente según ella. Una vez peinada, y con unas gotitas de perfume, se miró y a su cara le dijo: te quiero más que a mí misma. Y se echó a reír a carcajadas desproporcionadas, más por la emoción, que le rebosaba, que por la ocurrencia. Ese día no iría a trabajar, se lo había tomado libre porque tenía cosas más importantes que hacer. Antes de salir la llamó su madre que insistió en acompañarla, porque si la primera tuvo que dejar que se encargara el padre, en esta ocasión quería estar ella presente porque sí y no se hable más. Por el camino recibió las miradas de siempre, pero esta vez no pareció notarlas. Y al llegar a la puerta ya estaba allí esperándola, con un ramo de flores variadas en la mano. Ella no pudo evitar un puchero fugaz al verlo, y su madre una llorera profunda al entregárselo. Permanecieron un rato en la acera abrazadas, diciéndose palabras que no acababan de pronunciar, intercambiando pensamientos que no necesitaban articularse. Luego, ya más tranquilas, con el carmín ajeno borrado de las mejillas y los senderos del rímel eliminados, recompuestas y con el orgullo de nuevo en su sitio, entraron al reino de los archivos grises. Esperaron su turno sonriéndose cada poco. Y cuando les tocó, Marisol, que debía pelear dos veces por la igualdad, puso sobre el mostrador que separaba el mundo registrado del real, los documentos tantas veces repasados y ordenados. Aquí tiene, le dijo al funcionario de los juzgados, ahora sí, póngame por fin el nombre que mi madre eligió para mí y que la naturaleza, en un lapsus, trocó por el de mi padrino. 

Relato con el que participo en la convocatoria de #historiasporlaigualdad de ZENDA. Si te apatece, el plazo finaliza el domingo, 12 de marzo.
El 28 de junio le doy a este texto una segunda oportunidad, porque lo vale, con #historiasconorgullo

sábado, 25 de febrero de 2017

LA VENDA

Fotografía de Alessandra Sanguinetti
Nos mandaba al patio de atrás porque desde allí no se oía nada; solo a las gallinas, que viven como si fuera a ser para siempre. Y era mejor salir que pensar. A menudo jugábamos a las bodas y a ser marido y mujer de los de la tele. Para los casamientos usábamos las flores traídas del cementerio, cuando le poníamos otras a la abuela. Un día Amparito se colocó una venda en los ojos para casarse. Yo me negué, pero dijo que así se había casado mamá, que se lo había oído murmurar llorando, mientras fregaba la lápida la tarde anterior. Entonces, sin apenas pensar, lo entendí todo.

Microrrelato inspirado en la foto, de Alessandra Sanguinetti, que proponía hace unas semanas ANA VIDAL en su Viernes Creativo. Puso como condición, esa vez, que no aparecieran adjetivos en el relato.

domingo, 12 de febrero de 2017

INQUEBRANTABLES

Ilustración de Paloma Hidalgo
Yo vivía el asombro de los seis años cuando vi un hombre negro por primera vez en mi vida. Me quedé muy serio y pensativo. Enseguida di por seguro que nadie le podría dar jamás un beso en la mejilla. Si lo hacían, se le cuartearía lo oscuro como si apretaras con el dedo un donut de chocolate. Era una imagen clara dentro de mi cabeza. Cavilaba sobre ello, cuando me sonrió de pronto, y estuve tentado de correr antes de, empezando por las comisuras de los labios, verlo desconcharse entero ante mí. Pero no, con incredulidad fui testigo de cómo la cara le volvía a su estado liso, sin una sola grieta en los mofletes.
Ahora que soy adulto, y el asombro no me ha abandonado del todo, cuando los veo como cazados en la alambrada, en las embarcaciones que arriban llenas de ojos o al encontrármelos buscando futuro en contenedores de basura, de inmediato me centellea aquel instante desde la niñez, aquella perplejidad mía, aquel no resquebrajarse suyo.

Relato con el que participé en Esta Noche Te Cuento en el mes de noviembre y que llegó a ser mencionado. El tema era la migración. Clicando AQUÍ puedes ver el resto de ganadores.

sábado, 28 de enero de 2017

Baño De Cortesía

Imagen de la misma web
Al estallar la vajilla entera a un tiempo, corrimos de la cocina al salón. En ese momento la tele explotaba como un obús, panorámico y de plasma. Espantados, huimos de nuevo, ahora hacia las habitaciones. Las camas habían desaparecido, tragadas por un suelo que ya tampoco existía. Fue difícil atravesar el largo pasillo, que se desmoronaba como un puente levadizo. Al final, volvimos a encontrarnos todos en el baño. Cada cual se acomodó como pudo. Llevamos aquí tres meses. Nadie se atreve a abrir la puerta del lavabo. No hacemos otra cosa que mirarnos unos a otros. Salvo cuando alguno quiere hacer sus necesidades, que entonces nos damos cortésmente la vuelta y cantamos bajito para que no se oiga nada.

Relato finalista de diciembre en La Microbiblioteca, en la categoría de castellano, junto a otros de escritores que admiro y aprecio; como Nacho Rubio y Rafa Heredero
Con esta mención vuelvo a tener ya asegurada mi presencia en el libro que se edita anualmente con los ganadores y finalistas del concurso. Ay, qué gusto.  

sábado, 21 de enero de 2017

Los Días Extintos

Foto de Gabriel Casas
Cuando hay sol, pasamos el tiempo buscando colillas aún encendidas, nos las metemos por turnos en la boca y jugamos a ver quién aguanta más. Al volver mi padre, cansado de tragar, como dice, se lo contamos atropellados y sonríe orgulloso con esos labios de lumbre que tiene. Pero los días que hay tormenta, no salimos ninguno de casa. Solo miramos por la ventana deseando que no moje demasiado nada. Papá pega la frente al cristal y parece como si llorara por fuera. Es entonces cuando murmura aquello de que la lluvia es lo peor del mundo para los tragafuegos.

Y este es el segundo de los dos relatos con los que participé y que recibieron mención del jurado en el IV Certamen de microrrelato Realidad Ilusoria, organizado por Miguel Ángel Page.

domingo, 8 de enero de 2017

LA ATRAPASUEÑOS

Variación de una imagen de Colpisa
Fueron desapareciendo uno a uno. Los que no eran bajados a la fuerza, caían de puro cansancio o los convencían para que descendieran por sí mismos. Los últimos abandonaron, decepcionados por no vislumbrar en el horizonte aquello que venían buscando. Pero hoy la noche ha traído renovados intentos de soñadores oscuros. Amanece y comienzan a distinguirse nuevos cuerpos, como cazados con red, como si la valla, sin miramientos, los atrapara al vuelo.

Este es uno de los dos relatos con los que participé y que han recibido mención del jurado en el IV Certamen de microrrelato Realidad Ilusoria, organizado como cada año por Miguel Ángel Page, desde su blog REALIDAD ILUSORIA.
Entre los ganadores y  mencionados hay muchos amigos, acércate y lo compruebas, dando al enlace.
De nuevo felicidades a todos y enhorabuena a Miguel Ángel, por su entrega y buen hacer.

martes, 3 de enero de 2017

De Medidas Y Desmedidas

Foto casera
Tiempo atrás mi casa era como las de los demás. Se reñía lo indispensable, se hacían tarde los deberes y se tenían más ganas que chocolate en la despensa. Nos bañábamos todos el mismo día. Se lloraba lo justo para vivir. Para entretenernos, nos rascábamos la espalda unos a otros porque daba más gusto. Y al llegar la Navidad parecía que teníamos de todo, aunque seguíamos sin tener casi nada. Lo normal. Ni desgraciados ni lo contrario del todo. Pero a partir de aquella tarde que la Rosi llegó con las medias destrozadas, todo se desmidió y se alteraron las medidas. Las riñas, el chocolate, las horas, los baños, los lloros. Ahora la Nochebuena, por mucho que intentemos disimularlo con villancicos que nadie sigue, es una noche tan mala como las demás. Y por supuesto, el acariciarse entre nosotros dejó de ser una forma gratis de ser feliz.

Relato con el que participo en el concurso de #cuentosdeNavidad de ZENDALIBROS.COM 
Si te apetece, aún estás a tiempo de hacerlo tú: el mismo enlace te lleva a la página de inscripción.