sábado, 19 de septiembre de 2015

La Bici Del Ignacio

Imagen de la convocatoria
Si tú piensas mucho en una cosa, al final pasa. Yo imaginaba una bici como la del Ignacio de la calle nueva. Lo pensaba millones de veces al día. O más. Al levantarme, antes de comer, durante los anuncios de la tele. Y me dormía también con la bicicleta en el cerebro. Él me prestaba la suya algunas tardes, pero sin salirme de su calle. Lo hizo hasta que se fue al cielo y se la dejó.
Me lo contaron cuando su madre vino a casa. El Ignacio se había caído de la azotea, queriendo alcanzar un panal. Pero al cielo no llegó del rebote, como yo vi clarísimo; mamá me lo aclaró de una bofetada, allí delante. De los nervios. Traía la bicicleta para regalármela. Y a mí me pasó algo muy raro, me alegré con pena. Lloré y me preguntaron si no estaba contento, y respondí que sí. Pero si me hubieran preguntado si estaba triste, les habría dicho lo mismo. No sé si me explico. Ahora tengo bici, pero casi no la uso. Y es que si tú deseas algo mucho, mucho, cuando lo tienes ya no lo quieres igual, igual. Y al revés pasa lo mismo.

Este es el relato que ha sido SELECCIONADO en Esta Noche Te Cuento, entre los meses de julio y agosto. El tema era "Bicicletas", en homenaje a la Vuelta Ciclista. Este, como ESCONDIDOS, será publicado que se edita cada año y tiene opción a la Final Anual del concurso.
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sábado, 5 de septiembre de 2015

Los Niños Perdidos


Por lo visto en los pueblos del Valle lo saben, pero cuesta que te hablen de ello. Y es que Sierra Madrona es el lugar donde van a parar los niños perdidos. Los extraviados en los mercados, en las ferias; los que no supieron volver a casa, los robados de sus cunas o los que se adentraron en el mar. Que todos aquellos que se sueltan de la mano, habitan allí. Que incluso, muchos de los desorientados por la guerra, también corretean por Alcudia.
Dicen, yo no lo he visto, pero dicen que las gentes de Guadalmez, de Fuencaliente, de Abenójar, Alamillo, y de otros pueblos que no recuerdo, les llevan por las tardes gachas blancas y bizcochá; que se lo dejan a los pies de los robles y alcornoques y al amanecer ha volado. Cuentan también que, si te arrimas sin espantarlos cuando se acercan a beber los corzos, se les oye a ellos reír y chapotear en el mismo río Yeguas.
Aseguran, aunque jamás fui testigo, que hay un cordobés que les visita al llegar San Rafael, que les canta canciones de niñas que se quieren casar y montañeros que se van llenos de tristeza, que lo hace, impotente, para conformarlos, para que no desesperen y no lloren esa noche, al menos esa noche, por sus madres.

Este relato fue uno de los finalistas del I CONCURSO DE MICRORRELATO DEL VALLE DE ALCUDIA, "En Algún Lugar de la Mancha". La ganadora resultó ANA FUSTER, con No son ni serán gigantes. El segundo clasificado fue ANDRÉS RUBIO, con La Otra Realidad
Si clicas AQUÍ, puedes conocer a los otros seis finalistas y al resto de seleccionados para formar parte de una edición recopilatoria impresa que se difundirá como recurso turístico de la Asociación.
Ah, contento no, más.