jueves, 15 de noviembre de 2012

Tras la Huelga

"No paguéis vuestras deudas con nuestra educación"
Tres cosas a comentar rápidamente:

Que fue dantesco y vergonzoso hacer uso del derecho de manifestación que todo ciudadano tiene, en una ciudad tomada por la policía y las fuerzas del orden como si lo del derecho no fuera cierto.
Que me invadió una dicha y orgullo tontón al comprobar cómo pequeños y humildes establecimientos habían cerrado sus puertas y habían colgado el cartel de “Cerrado en apoyo a la Huelga General”. Deberían aprender de ellos esos gigantes almacenes de corte británico (y no doy más datos).
Y, por último, una pequeña conversación escuchada entre un manifestante y otro que lo miraba manifestarse.
-No me mire usted y apúntese.
-En mi vida he hecho huelga. Ni mi padre la hizo. Ni mi hijo hará jamás. No ha hecho falta y nos ha ido bien.
-Ya, no me extraña. Llevan en su familia tres generaciones viviendo de los beneficios conseguidos por los demás.
Luego he seguido manifestándome. Sobre todo, por todos aquellos que no tiene opción a que les puedan descontar el día de huelga de hoy en la nómina que no tienen.

sábado, 10 de noviembre de 2012

LA JARDINERA

Creo que se está excediendo. Después del jardín, vino la cocina, el baño, la habitación. Nunca debí permitir que utilizara el bidet. Ni los cajones de la mesita. Y mucho menos, los bolsillos de mi gabán. Esto me está afectando el ánimo. No soy el mismo desde que miro la tele de pie para no aplastar las rosas del sofá. Ahora ya no quedan apenas huecos. No tiene fin esta mujer. Y se lo he avisado, que se lo piense bien, que en cuanto agarre y crezca ese geranio, ya no habrá de por vida falda que le siente bien.
 
Este relato ha sido finalista en el Concurso de Microrrelatos de LA MICROBIBLIOTECA, en el mes de octubre. Lo ha sido junto a otros tres de Sara Lew, Victor Lorenzo y Manu Espada, escritores a los que admiro y sigo habitualmente. Así que, para mí, doble premio. Y como es normal, estoy que me meo de contento.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Voyme pa Madrid


El huracán ReC ha vuelto a pasar y ha vuelto a arrollarme. Y aquí me quedo, despeinado pero contento. Ayer la alegría se me salía por la boca como en una cafetera el café. De la misma forma, a borbotones. Y se mezclaba sin orden ni conciencia con las palabras. Tanto que si, después de declararme vencedor, hubieran vuelto a preguntarme en antena, no se me habría entendido en absoluto. Y es que también fue una sorpresa superlativa encontrarme de jurado a Laura Garrido, de De mis palabras y las vuestras. Además, es curioso porque unos días antes lo había comentado en casa: si la SER supiera del trabajo de esta moza, le hacían un monumento. Y mira por donde, Xavier Blanco ya se encargó de ello. Y finalmente no ha sido uno de piedra, pero este también vale. Te lo mereces, Laura.
Así que, me voy pa Madrid, por la vereda de ReC. Donde ya han pasado autores a los que admiro y sigo como Jesús Esnaola, Fernando Martínez, Agustín Martínez Valderrama, Manu Espada, Mar Horno, Joaquín Valls, Odys, Montse Aguilera, y otros muchos que me dejo y tendrán que disculpar. Esto es muchísimo más de lo que esperaba de La Explicación. Y sí, es cierto que, como poco, me va a servir como excusa para descuajeringarme durante unos días en junio, con todo ese grupo de amigos de Madrid, comandado por el gran Ximens.  
Gracias a mi familia, por estar siempre ahí. Amigos. A ti.  Y a la otra, a mi otra gran familia, la del Microrrelato, por alegraros conmigo como lo habéis hecho. Eso es lo que de verdad me llena. Y me despeina.