sábado, 29 de septiembre de 2012

1 Añito


Hoy hace un año que parí esto. Un año que di a luz, o que esto la vio por primera vez (el principio me está quedando pelín cursi, lo reconozco). Y aunque continúo sin creer en los santos, por la gracia de Dios, hoy, que vuelve a ser San Miguel, sí quiero celebrar con todos vosotros, que se cumple mi primer año bloguero (prefería hacerlo en el Happychildren, pero lo he mirado y me sale caro).
Desde el anterior 29 del 9 no he dejado de repetir eternidades y de contar pegos, de ambas cosas tengo el almacén del vivir repleto. Sólo me falta ir escribiéndolos para ir publicando. Ya ves, nada.
Eso sí, tres de ellos (El Juego De La Luz, Gelatina y La Perdonamuertes), están incluidos en el librito de la foto. Es una recopilación de microrrelatos, presentada ayer en Barberà del Vallés. Fue en la entrega de premios del I Microconcurs de La Microbiblioteca, y el homenaje a Pere Calders, en el centenario de su nacimiento. Es una de las publicaciones de las que más orgulloso estoy de formar parte por lo que representa para el Microrrelatismo esta biblioteca. Además, en este evento tuve la oportunidad de verme en 3D por primera vez con algunas de las personas con las que aún no había tenido oportunidad como Mar Horno, Joaquim Valls, Jordi Masó; y, de nuevo, con las que ya nos tuteamos, Xavi Blanco, Susana Camps, Xesc, Iván Teruel, Ginés Cutillas, Antonia G. Lago (perdón si me olvido de alguien). Personas que he ido conociendo durante este año a través de este mundo. Fue divertido ver a las primeras por fin en movimiento y con sonido.
Ahora miro hacia atrás y me digo, mira palante tontaina, que te la pegas, pero luego también pienso, hace trescientos sesenta y seis días, no tenía organización de lo que escribía y, ni tan siquiera, el hábito de escribir continuado. Sin blog no tenía donde acostar el ánimo cuando el trabajo me lo deja agotaíto. Ni formaba parte de otra familia que no fuera la propia, mi gran pilar. Desde hace doce meses, soy un poco menos desgraciado de lo que me ha tocado vivir.
Hoy quiero agradecer vuestros aportes a que esto sea así. Os doy las gracias a los que entráis a diario, una vez a la semana, al mes, al trimestre; a los que comentáis y a los que no; familia, amigos, conocidos, gente que pasaba por aquí; gente que entró buscando otra cosa y se quedo; gente que entro buscando esto y se fue a otra cosa. Gracias a los que entraron y se dijeron pies para qué os quiero y cerraron sin dar un portazo; a los que pensaron, no sé qué hacer hoy para comer y éste haciéndome perder el tiempo con sus pegos. A los que se dicen, no es bueno, pero yo tampoco soy crítico literario; o, es bueno, pero yo tampoco soy crítico literario. En fin, gracias a aquellos que lean esto. Y a los que no. Chimpún. Que corra la Fanta, y los ganchitos de dos colores.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Túneles

Cuando el tren salió del túnel, habían pasado muchos años. La gente no pareció apreciarlo, pero él sí. Miraba a su alrededor extrañado, el mundo había cambiado. No quiso asustarse. No era su estilo. Cerró los ojos para reabrirlos a conciencia de dentro a fuera. Pero todo seguía igual. La chica de larga melena, frente a la que se sentó al llegar, continuaba convertida en una hermosa señora madura y arreglada.
Lamentó no haber disfrutado más de estar junto a la ventanilla cuando, a punto de entrar en otro túnel, comprendió que él, probablemente, ya no vería la salida.

Con este micro participé en la pasada edición el IV Certamen de Relatos Breves, de Renfe.

lunes, 10 de septiembre de 2012

CLAROSCUROS


En mi bloque se va la luz cada poco. Casi siempre de noche. Cuando ocurre salimos a la escalera, sorprendidos de nuevo, a quejarnos entre nosotros. Hablamos unos con otros, lamentándonos y criticando a la compañía que nos deja en tinieblas. Comentando sobre la incidencia parece que la espera se hace más llevadera. Siempre acabamos derivando en el resto de lo de vivir. Eso sí, conversamos a oscuras. Como mucho, tanteas con las manos a ver si tienes delante a Doña Lola o a Luisín. De esta forma, en realidad no sabes con quién discutes, y todos respondemos a todos según nos van interesando las diversas conversaciones. Y nunca aciertas a saber si te contestará el del cuarto o el de enfrente. Creándose así una cantidad de hilos dialogales que van y vienen del sexto al bajo que, si fueran reflectantes, harían que se viera perfectamente una maraña luminosa a la altura del tercero.
Antes permanecíamos allí hasta que volvía la claridad. Pero desde hace un tiempo, no. Ahora, antes de su restablecimiento, cada uno, como si tuviera mucha prisa, acaba metiéndose pronto en su piso. O en el que cree, a oscuras, que es su piso. Luego, cuando retorna, si te pilla en casa extraña, pides disculpas, como todos, y te vas discretamente a continuar con la vida alumbrada que te ha tocado. Los fallos eléctricos vienen sucediéndose últimamente con más frecuencia de lo habitual. Y duran más. Continuamos culpando a la hidroeléctrica por costumbre cuando salimos, pero ahora son más cortas las tertulias. Lo fundamental, eso sí, es no hablar, jamás, de dónde sorprendió a cada cual la llegada de luz las veces anteriores y, mucho menos, de lo que ocurrió en su ausencia.
 
Este es uno de los dos micros que envié al concurso Historia de Portería, de La Esfera Cultural. Ambos fueron seleccionados para aparecer en la edición en papel que pronto será publicada. Pinchando en el enlace te llevará a conocer a los demás seleccionados, finalistas y al relato ganador. Allí podrás escucharlo también narrado por La Voz Melodiosa, una delicia.

domingo, 2 de septiembre de 2012

MiniEróticos


TOMA Y DACA
Yo le enseñaba a jugar a tenis. Pegada a mí, ella jugó a enseñarme las habilidades de su cadera. Yo aprendí antes.
 
BROMA REVELADORA
Le di con la manguera, pero nunca llegué a imaginar que la ropa mojada se ciñera tanto, ni que anduviera sin ropa interior. Ni todo lo demás.
 
MALENTENDIDO
Házmelo a lo perrito, me dijo. Pero creo que no la entendí,  porque se  vistió molesta cuando la olisqué.
 
LLUEVE SOBRE MOJADA
Verlo le produjo la misma sensación incontrolable de siempre. Y de pronto, empezó a caer una fina lluvia.
 
LA SUYA
Nos perdimos de los demás buscando setas. Al rencontrarnos no pude alardear ante su marido de haber encontrado la mejor de todas.
 
EL ROCE
En el mismo momento que entró,  yo salía; y nos rozamos levemente. Ahora entramos y salimos sin parar.
 
Con estas seis propuesta participé en el concurso Minicuentos eróticos con un toque de humor… de CUENTOS Y MÁS, en el que no podían tener más de 140 caracteres.